Si algo hemos aprendido estas semanas es que no somos inmortales y que no podemos dar nada por sentado. Vivíamos felices y de repente el mundo se paralizó. La salud de todos estaba en juego. Hemos puesto de nuestra mano y hemos parcheado las fugas que amenazaban con hundir la flota. Sin embargo, en todo este tiempo, pocos son los que han puesto el foco en la parálisis forzada de las comunidades de propietarios. Bueno, los administradores, que han andado, desquiciados, sí.
Las comunidades de propietarios no merecen ser las grandes olvidadas. Especialmente en las ciudades, la mayoría de la población pertenece a una de ellas. Sin embargo, han sido condenadas al ostracismo.
¿Qué vamos a ver?
¿Qué ha producido la parálisis en las comunidades de propietarios?
La Ley de Propiedad Horizontal (LPH) indica que la que manda es la junta de propietarios. Por mucho que los vecinos uno a uno dediquen sus llamadas de indignación (normalmente) al administrador, los administradores de fincas se han visto de manos atadas.
Amplia información sobre el equilibrio de poderes en las comunidades en:
Comunidad de vecinos: aristocracia, democracia o dictadura
La explicación es sencilla, no hay juntas. Nadie puede tomar decisiones.
De esto puede salvarse Cataluña, cuya normativa sí contempla la celebración de juntas virtuales siempre que se pueda acreditar la identidad de los asistentes, la buena comunicación, el espacio de debate y la votación garantista.
¿Dónde se ha visto reflejada la parálisis?
Obras pendientes
Durante semanas, se han congelado las obras no urgentes. Esto quería decir que si se estaba desmoronando una terraza sobre la acera, sí se podía arreglar. Si un canalón estaba sucio y desbordaba, no.
En este sentido, ni tan mal. Esto es porque el que tiene que autorizar la realización de obras urgentes es el presidente.
Sin embargo, las obras de adecuación, entre las que destacan las de accesibilidad, paradas. Olvídate siquiera de solicitarlo. Nada. No hay juntas.
¿Y cómo se pagan las obras? Ahí donde el fondo de reserva se queda agónico. ¿Cómo se aprueban las derramas? ¿De dónde sale el dinero para capitalizar la comunidad? Desde luego, esa no es una decisión que puedan tomar el presidente o el administrador. Por ley, la debe tomar la junta. ¿Qué junta? Ah, que no hay juntas.
Consulta si las obras son necesarias o no en:
Quién paga las obras en las zonas comunes. ¿Son necesarias?
Presupuestos de la comunidad de propietarios
Hay dos tipos de comunidades: las solventes y las que hacen equilibrios entre el rojo y el negro en las cuentas bancarias. Las primeras, pues bueno. La parálisis en las comunidades de propietarios les ha sido muy beneficiosa para seguir haciendo caja y mejorar su fondo.
Las segundas se han visto abocadas a hacer requiebros cada vez más arriesgados en sus cuentas. Si necesitaban una subida de cuotas o una revisión de presupuestos de proveedores para sanear las cuentas. Pues nada, a esperar.
¿Qué es el fondo de reserva? Tienes más información aquí.
Apertura de las piscinas comunitarias
Siento el punto más trivial de cara a la gestión de una pandemia y del devenir de una comunidad, la apertura de las piscinas comunitarias es lo que más cola está trayendo.
En un verano en el que surgen trillones de dudas sobre si podremos salir de vacaciones, las piscinas parecen imprescindibles para sobrellevarlo con dignidad. Sin embargo, tela… Telita, tela. Lo mejor de todo es que este tema y a estas alturas sigue en la realidad de la incertidumbre, por lo que ni siquiera se puede dar por hecho.
Las recomendaciones para la apertura de las piscinas comunitarias este verano incluirían:
- Contratación de personal para el control de aforo.
- Gestión de turnos de uso de la piscina entre los vecinos.
- Instalación de mecanismos y sensores para que no toquemos nada.
- Desinfección de superficies, etc.
Todo ello, supone un incremente considerable a los presupuestos habituales. Todo ello tiene que ser aprobado en junta de propietarios. ¿Qué juntas? Ah, que no hay juntas…
Puedes ampliar más información sobre la apertura de las piscinas comunitarias en:
Perspectivas de la apertura de las piscinas comunitarias
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No hay juntas
Las juntas han estado prohibidas. Esto ha supuesto la prórroga en el cargo de los cargos directivos. Ahí ni tan mal. Sin embargo, los propietarios tienen en la junta el espacio de control y auditoría sobre la administración de las comunidades de propietarios. Hablamos de revisión de cuentas y facturas, de la actuación de las empresas que prestan o han prestado sus servicios en la comunidad, etc.
Aparte, el punto ruegos y preguntas de cada junta es fundamental para discutir y debatir sobre la vida en la comunidad. Pues ya no está. Olvídate. No hay juntas.
Es habitual escuchar que algo habremos aprendido de todo esto. En el caso de la parálisis en las comunidades de propietarios, hemos aprendido que estamos vendidos.
Un sistema de toma de decisiones encorsetado y poco dinámico ha propiciado que no pase nada. Tal cual. Ahora sabemos que, si con todo nuestro dolor esta situación se repite, también estaremos vendidos si no se cambia la perspectiva en la normativa relativa a las comunidades de propietarios.
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