Las comunidades de propietarios son un centro neurálgico y de poder que debe someterse a un control rutinario para no dejarse llevar por el devenir de los días. Un descuido perpetuo puede derivar en el deterioro de las instalaciones de la base de operaciones y en la sublevación de las tropas. Para evitarlo, los vecinos se reúnen para discutir los puntos del Orden del Día y para dar lo mejor de sí mismos en el turno de Ruegos y Preguntas en las tan temidas Juntas de Propietarios.
Y es que esta tradicional congregación asamblearia puede llegar a desvirtuarse en función de la propiedad de vecinos de que se trate. Por costumbre, los Ruegos y Preguntas de una Junta de Propietarios son el espacio ideal en el que los diversos vecinos aprovechan el momento de encuentro para transmitir sus dudas, impresiones y transmitir sus inquietudes. Al fin y al cabo, una Junta es un foro de encuentro entre vecinos.
Antes de nada, es necesario precisar que los Ruegos y Preguntas en una Junta de Propietarios no son un apartado pernicioso ni una venganza contra la integridad mental de ningún vecino. Todos los vecinos tienen derecho a opinar y a manifestarse, algo que de hecho es muy enriquecedor para la vida en la comunidad de propietarios.
Sin embargo, en ocasiones se da el caso de que un propietario vea en el apartado de Ruegos y Preguntas de la Junta de vecinos la ocasión ideal para abrir su corazón y compartir con sus vecinos sus temores más ocultos, o que otro propietario decida metamorfosearse en troll para lanzar denuncias al aire o zanjar viejas rencillas con sus compañeros de portal (especialmente cuando hay una plaza de garaje invadida de por medio), o que otro decida ahorrarse esa semana una consulta, o uno que declare tener que pagarse una porque su vecino es muy ruidoso, o que otro dé la más personal de sus opiniones sobre cada factor que marque su vida rutinaria en la comunidad de vecinos… ¿O son todos el mismo?
Las Juntas de Propietarios pueden ser, en efecto, un mero trámite o la peor de tus pesadillas. Depende de cómo os toméis la vida y de los problemas que se estén dando en un momento dado en la vida en una comunidad de vecinos.
Mientras tanto, durante el turno de Ruegos y Preguntas, el Presidente puede ejercer de posición e intentar convertir la comunidad en una tiranía, o puede quedarse sentado en un rincón viendo impasible como sus vecinos intentan sacarse la yugular el uno al otro. Una cosa queda medianamente clara: es el Administrador de Fincas el que termina encargado de mediar en los conflictos y de buscar punto de encuentro en las discusiones. Finalmente, existe una máxima común a todos: el deseo de volver a casa cuanto antes. ¿Pero, qué discusiones son esas?
¿Qué vamos a ver?
Los peores Ruegos y preguntas vistos en Junta de Propietarios
Las bombillas fantasmas
Este maravilloso fenómeno ocurre cuando el vecino del 5º E se percata de que las nuevas bombillas de alto rendimiento y bajo consumo eléctrico deciden desaparecer o metamorfosearse y pasar a ser incandescentes. Es un raro fenómeno normalmente atribuido a actividad paranormal por los vecinos en la Junta de Propietarios.
Algo similar pasa con las plantas que, con mucha ilusión y la aprobación del resto de vecinos, colocamos en los rellanos de la escalera o en los pasillos del edificio. Colocas el tiesto un día y al siguiente ha cambiado de piso. ¡Una maravilla!
Hay que tener mucho cuidado en este punto, porque siempre puede llegar otro propietario y proponer una bendición del edificio por posibles fantasmas. ¡Todo ayuda!
Ahorro energético
El tema del ahorro energético es un asunto muy recurrente en el apartado de Ruegos y Preguntas de una Junta de Propietarios. En ocasiones, la comunidad de vecinos ya cuenta con un buen aislamiento térmico para desafiar a las facturas y, sin embargo, sigue buscando nichos de ahorro. Es en ese momento cuando el propietario del 1ºJ propone con buen tino apagar las farolas del edificio. Y ya de paso, algunos fluorescentes del garaje. En ocasiones, también se discute dejar encendidas las bombillas alternas. Si hay quejas de otros vecinos, siempre se podrán apagar únicamente las que estén próximas al alumbrado municipal.
Loca de los gatos
Existen muchas maneras de ser una loca de los gatos. Atrás queda la tendencia a la crianza felina masiva cuando una propietaria denuncia que cerca de su portal ve gatos y que le dan miedo. Sólo ella sabe y así lo hace saber que, cuando menos se lo espere, creerán que va quitarles su comida y sufrirá un ataque gatuno. Por supuesto, ese es un tema que debe tratar toda la comunidad de propietarios por representar una plaga que amenaza la seguridad del edificio.
¡Alguien ha escondido la manguera!
Si en tu comunidad de propietarios sois de los que contratáis al jardinero 3 meses al año porque más es innecesario. Si sois de los que necesitan podar 30cm más un seto porque quita luz a la piscina o de los que os dais perfecta cuenta de que las ramas bajas de los árboles son inútiles… Sólo vosotros sabéis lo frustrante que es que el jardinero guarde la manguera en el cobertizo. ¿Cómo osa? ¿Acaso se ha creído que sólo la puede utilizar él? Presentad sin falta vuestra reclamación a la Junta de Propietarios.
Niños que juegan
En más de una comunidad de vecinos se da la siguiente paradoja: el edificio es poblado de parejas jóvenes que, con mucha ilusión, crean un nuevo proyecto de vida en su nuevo hogar y deciden ampliar su familia. Son tiempos idílicos en los que adoran asomarse con ternura a la terraza a ver cómo juegan sus niños con sus amiguitos, por lo que deciden instalar columpios en las zonas comunes.
Sin embargo, pasado el tiempo, esos niños crecen, dejan de jugar y, algunos de ellos, abandonan el hogar. Es justo en ese preciso momento cuando esas parejas que ya no son tan jóvenes se dan cuenta de que el juego de los niños a la hora de la siesta no es del todo agradable. Los hijos de las nuevas parejas que han venido a vivir al edificio son, sin lugar a dudas, muy molestos y ruidosos. ¿Cuál es la mejor solución posible? Plantear la queja en el apartado de Ruegos y Preguntas de la Junta de Propietarios y, con suerte, se procederá a la retirada de los columpios.
¿Quién osa poner aire acondicionado?
Por regla general, cualquier cambio estético que realices en la fachada del edificio debe pasar por la aprobación de la Junta de Propietarios. Seamos conscientes de que, si lo instalas sin su consentimiento, en el apartado de Ruegos y Preguntas de la próxima Junta de Propietarios serás señalado con el dedo y procederá a reclamar su retirada.
¿Pero qué pasa si en tu vivienda no se puede instalar aire acondicionado en las mismas condiciones que en la del resto? Nada, tus vecinos en Junta de Propietarios, que son muy comprensivos, te harán justificar tu disidencia por medio de un informe técnico de tu problema. Y no te pienses que puedes colársela, porque en la misma reunión serás advertido de que el del BJ-C va a pedir un informe paralelo para contrastar los resultados.
Este tema da mucho de sí, porque cerramientos, cerrajerías y toldos también pasarán por el mismo aro. Además, sé un vecino, sabio y responsable, y ocúpate bien de amarrar tus toldos si hace aire. No es que se vayan a romper, es que puedes ser señalado como el nuevo vecino ruidoso en el apartado de Ruegos y Preguntas de la próxima Junta de Propietarios.
Plazas de garaje por trasteros
De la saga de “mi vecino ha invadido mi plaza de garaje” llega… “Mi vecino deja sus trastos en la plaza de garaje. No es que molesten, es que según los estatutos de la Comunidad de Propietarios no deben estar ahí. Pon orden en el trastero y procede a su retirada.
El punto de Ruegos y Preguntas es un submundo en sí mismo. En principio nada tiene por qué salir torcido, aunque es probable que lo haga antes o después. Respira hondo antes de entrar a una Junta de Propietarios, ten paciencia, escucha a tus vecinos y prepárate para lo peor (o para lo mejor).
¿Qué te parece está recopilación de historias de una Comunidad de Propietarios? ¿Eres de los que tienen miedo al turno de Ruegos y Preguntas o de los que saben que va a poner firme a sus vecinos en la próxima reunión?
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